nonsensepeople (nonsensepeople) wrote in bttpfics, @ 2010-05-09 20:49:00 |
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Chapter X
Miró las luces del hospital con ojos desorbitados. El dolor era tan insoportable como decían que era y no paraba, iba en aumento conforme los minutos pasaban.
El sudor caía por todas las partes de su cuerpo. Tenía la mano agarrada de Matthew con fuerza. Podría hasta jurar que le cortó la circulación.
-¡Doctor Highmore!, ¿¡Podría empezar ya!?- Le pidió Emma en gritos.
-Por favor, tiene que respirar, todo será más sencillo si se calma- Le decía una enfermera idiota.
-¿Calmarme?, ¿¡Quiere que me calme!?, ¡Intente soportar el dolor que se siente cuando un bebé quiere pasar por un hueco del tamaño de un limón!, ¡Cuando lo entienda me avisa¡- Le gritó ejerciendo más fuerza sobre la mano de Matthew.
Comenzaba a ver borroso cuando escuchó las voz del doctor.
-Ya podemos comenzar- Dijo con una calma que le desesperó -Emma, quiero que respire y cuando le diga comienza a pujar, ¿Vale?- Le dijo tranquilamente.
Hizo lo que le pidió al pie de la letra. Esperando el dolor terminara de una vez por todas.
Fueron los cuarenta y cinco minutos más largos de su vida.
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Su hijo recién nacido yacía en una cuna al lado de su camilla, durmiendo. Matthew había salido a buscarle más ropa, porque ese día le daban de alta en el hospital.
Estaba dormitando cuando sintió que alguien le tomaba una mano.
-¿Cómo te sientes?- Le preguntó Alfie con voz tierna.
-Antes me sentía mejor- Le dijo molesta -¿Que haces aquí?- Le preguntó con voz cortante.
-Vine a verte, ¿Que más iba a hacer?- Sus ojos miraban a Emma y a la cuna simultáneamente. Ella lo notó.
-Puedes verlo- Le dijo rendida.
Alfie le sonrió y se levantó -¿Verlo?, ¿Entonces es niño?- Preguntó mientras se acercaba.
-Si, es un niño- Se acostó de lado para ver mejor lo que hacía.
Él se quedó tieso viendo la cuna. Era un bebe hermoso, sin duda alguna, con las mejillas sonrojadas y cabello castaño. Miró a Emma mordiéndose el labio inferior.
-Está bien, puedes cargarlo, pero con cuidado- Le pidió y él no reparó y estiró los brazos con cierta torpeza, pero logrando por fin poner en sus brazos al bebé.
El movimiento hizo que se despertara pero no lloró al instante, pasaron algunos segundos antes de que Alfie se viera obligado a dárselo a Emma.
Ella lo tomó con facilidad, acariciándole el poco cabello que tenía para calmarlo.
-Tiene mis ojos- Le dijo él sin despegar los ojos del bebé.
-No, son los ojos de mi abuelo- Le explicó con seriedad.
Pero si, eran indudablemente los ojos de Alfie.
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Estaban en el jardín de la nueva casa, mirando como su hijo gateaba sonriente sobre el césped espectacularmente verde. Estaban pasandola de maravilla. Por fin las cosas se veían bien para Emma.
Aunque no vio venir lo que sigue.
-Emma, sabes que he notado algunas cosas- Le dijo con calma Matthew.
Ella lo miró curiosa -¿Que cosas?- Preguntó comenzando a preocuparse.
-Tiene casi un año y aún no le noto ningún parecido a mi- Dijo por fin.
Emma lo miró sorprendida -¿Que te sucede?, ¡Tiene tu nariz!- Señaló a su bebe que estaba distraído con un insecto.
-No seas ridícula, es tu nariz, ¿Y háblame de sus ojos?, no son ni tuyos ni míos, y ese azul es completamente desconocido para mi- Se cruzó de brazos y la miró serio.
-Mis ojos son azules, Matthew, los de él son un poco claros pero es por la herencia de mi abuelo, son idénticos a los de él- Le dijo convencida, pero luego lo miró fijamente -¿Estás insinuándome algo, Matthew?- Preguntó lo obvio.
Él alzó una ceja -Si, y vas de nuevo con tu abuelo- Hizo una pausa -Jamás e visto una foto de él, Emma, pero si he visto a otra persona, la conocí, de hecho- El tono de seriedad que usó no era común.
El corazón de Emma comenzzó a acelerarse -¿Estás insinuando algo?- Alzó un poco más la voz.
-¿Me crees idiota, Emma?, ¿Pensaste que nunca lo iba a notar?, ¿Creíste que no me iba a fijar que ese bebé es igual a ese bastardo de Alfie?, pues pensaste mal- Le dijo con odio.
Emma jamás había conocido a esa parte de Matthew, nunca se había molestado con ella, nunca -Estas mal de la cabeza, ese bebé es tuyo, deja de hacer este melodrama, no quiero pelear frente al bebé- Le quitó la mirada para ver fijamente a su hijo, que por suerte estaba ajeno a todo lo que ocurría en ese momento.
-No, Emma, me cansé que de me vieras cada de estúpido- Se levantó y se colocó frente a ella. La tomó por la muñeca y la alzó con toda la fuerza que tenía -Ahora, me vas a decir la verdad- Le dijo sin soltarla.
La mano en su muñeca la lastimaba -Matthew, me haces daño, suéltame por favor- Le pidió viéndole a los ojos. Pero ese no era su Matthew. No, ya no lo era.
-No, no lo haré hasta que me digas la verdad- Alzó la voz y la miró con odio.
Ella comenzó a llorar -Yo no tengo nada que decirte, no te he mentido- Se mordió el labio inferior, intentaba ver hacia donde estaba su hijo, procurando que no viera esa escena.
-¡No me mientas más!,. ¿Ese hijo es de Alfie?, sólo admítelo, Goulding- La sacudió con fuerza.
-¡No!, es tuyo- Le gritó suplicante.
Matthew no pudo soportarlo y la tiró al suelo. El bebó comenzó a llorar.
-¿Por qué lo hiciste, Emma?, todo iba bien, ¿Que hice yo para que te fueras con ese maldito?- Se sentó en el suelo y se tapó la cara con las manos y comenzó a llorar cual niña.
Ella pronunció un enorme 'Auch' cuando cayó al suelo. Pero no se levantó de allí. No pudo. Sus fuerzas no eran suficientes. Se arrastró hasta donde estaba su hijo y como pudo se levantó con él en sus brazos. Lo abrazó llorando y miró a Matthew que seguía en el suelo.
-Alfie jamás me hubiese hecho eso- Le dijo en un sollozo.
Eso volvió a despertar la ira de Matthew -¡Entonces lo admites!, ¡Admite que te acostaste con él y que ese hijo es suyo!, ¡DILO!- Le volvió a gritar. El bebé lloró más.
-¡SI, LO ADMITO!- Le contestó -Y agradezco que lo sea-
Luego de decir estas palabras entró a la casa directo a la habitación para recoger sus cosas.
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-¡Hijo!, ten cuidado- Le gritó.
-Esta bien, madre- Le respondió el pequeño con voz fastidiosa mientras seguía jugando en el columpio.
Emma lo seguía con la mirada.
-Es un chico, no debería de reprenderlo tanto- La avisó una voz nueva que se sentó a su lado en el banco.
Emma lo miró con curiosidad -Es que no sabe como es mi hijo, hay que vigilarlo de cerca para que no se lastime- Le dijo con calma.
-¿Que edad tiene?- Le preguntó.
-Tiene seis- Le contestó en una sonrisa -Unos terribles seis años- Agregó bromeando, aunque en el fondo no lo hacía.
Ambos vieron por un rato al pequeño, cuando jugaba en el trampolín, en la caja de arena, cuando le entregó una flor una niña que jugaba en la caja de arena.
-Su hijo tiene grandes dotes de casanova, si me permite el comentario, señora- Le dijo el hombre mirándola.
-Señorita- Le corrigió -Soy señorita de nuevo- Hizo una pausa -Y si, lo sé, los sacó de su padre- Suspiró con cierta melancolía.
-¿Señorita?, ¿Es divorciada entonces?- Preguntó con tranquilidad.
-Si, hace como cuatro años- Le contestó intentando hacer memoria. Los años pasaban con una velocidad alarmante.
Pasaron los minutos en silencio hasta que el hombre habló -Hace un calor de los mil demonios, ¿Me dejaría invitarla un helado?- Le preguntó sonriendo.
-Sólo si mi hijo está invitado- Le avisó.
-Claro, el siempre estará invitado-
Emma le sonrió y se levantó -¡Cariño!, este señor te va a invitar un helado- El niño la miró sonriendo. Despidió de su nueva amiga y corrió cual cohete hasta donde su madre.
-Gracias, señor- Le dijo al hombre de antemano como Emma le acostumbró a decir.
-No me digas señor, dime Alfie- Le pidió al joven mientras la acariciaba la cabellera.
El niño asintió alegre -Pues, Alfie, ¿Puedo pedir del sabor que quiera?- Le preguntó con los ojos muy abiertos, mostrando unos hermosos ojos azules.
Alfie lo miró sonriendo -Todos los sabores que quieras- Él chico sonrió, esbozando una fila de dientes blancos y perfectos, en una sonrisa muy conocida -Pero antes debes decirme tu nombre, porque no puedo llamarte cariño como tu madre- Agregó bromeando.
Negó con la cabeza repetidas veces -No, no me llames cariño, por favor- Hizo una pausa -Soy Charles Goulding- Dijo haciendo énfasis. Siempre le había gustado su primer nombre, especialmente porque sabía de quien venía.
Alfie tragó saliva -¿Y no tienes segundo nombre?- Alzó una ceja -Todo joven debe tener un segundo nombre, Charlie-
Charles hizo una mueca -Si tengo, pero no me gusta- Rodó los ojos -Bueno, está bien, te digo pero no se lo digas a nadie- Le jaló la camisa para que se agachara.
Emma miraba la escena enternecida.
-Mi nombre completo es Charles Dwight Goulding- Le murmuró en el oído.
Alfie se incorporó. Miró a Emma con rostro de desaprobación.
-Mala mujer- Le dijo sonriendo, mientras le tomaba la mano y avanzaban hasta la heladería más cercana con Charlie corriendo frente a ellos.
FIN