Mansión Perdida RPG

[Buscas a Nadalandia en Nadalandia, ¡oh, peregrino! y a Nadalandia en Nadalandia no la hallas. O al menos no la oyes.

Las alegres voces de tus otrora armónicos compañeros de cautiverio hoy son una cacofonía y un casi familiar caos descendió sobre Nadalandia como un cuervo ruin.

Pediste una remera en la tienda y te miraron raro. Querías pastel, pediste torta y ahora andas por ahí con un sandwich en la mano y cara de boludo. Dijiste que estabas constipado y todo el mundo te regaló mermelada de ciruelas. Contaste tus planes de abrir un chiringuito y tu amigo te preguntó si le ibas a poner aguacate a tu completo y de qué carajo estás hablando. ¿Y por qué todos se ríen cuando hablas del pico de los pájaros y del delicioso dulce de cajeta?

Y podrías culpar a los forros de la Gerencia, claro. Podrías gritar "pinche Gerencia, pinche Nadalandia, vete a chingar a tu reputísima madre!". O murmurar un conchesumadre por lo bajo. O decir que te cagas en la hostia, joder, y que se vayan todos a la concha de su madre, All Boys.

Así que, oye, mi pana, hoy, en Nadalandia, descubren lo difícil que es hablar en el español.]

((Se rompió el traductor universal y entonces hoy todos hablan con acento. El del jugador, cabe aclarar.))

[Amanece y los pajaritos cantan, la gente bosteza, se huele delicioso olor a pie, se escucha el lejano ruido de un tren...

Espera. Algo de ahí no tiene sentido.

Oh, claro. El tren. Porque de pronto, en Nadalandia hay tren. Es pequeño y de colores, pero en cada lugar importante hay pequeñas estaciones de tren.

Y como si fuera poco, hay globos por todas partes de cualquier color, diseño y tamaño que se pueda imaginar. Hay una Kermesse y una máquina de algodón de azúcar, manzanas acarameladas y palomitas en el jardín, que funcionan mágicamente sola. Máquinas expendedoras de golosinas gratis están desperdigadas por todos lados.

Las tiendas son gratis si sos menor de edad y el lagomar, sólo por hoy, no tiene parte honda y flotan en él salvavidas, pelotas y orcas inflables.

Y si cual Hansel y Gretel te perdés en el bosque, verás que hoy en el bosque no hay adultos - todos los animales y los más horribles monstruos son adorables cachorritos.

Y en un lugar visible hay un enorme, enorme cartel:

La H. Gerencia se complace en anunciar que gracias al inesperado impulso ecónomico causado por algunos nuevos habitantes, las rentas se acabaron y la crisis de fondos se terminó también, por lo cual volveremos a ofrecerles el gran nivel de servicio al cual estaban acostumbrados.

Después de tantos días de confusión y complicaciones, es hora de descansar los corazones y renovar las esperanzas. Volver a ver al mundo con ojos de niño.

¡Disfruten de las festividades!

Es una lástima que el cartel esté tan alto y justo hoy, tu estatura no alcance para leerlo.]

[A mediodía, el cielo de la calurosa jornada de verano se torna oscuro y el viento comienza a soplar cada vez más fuerte. Tal vez no sea nada de qué preocuparse. Después de todo, Nadalandia había dado muestras en más de una ocasión de lo sentiente que es, ¿y acaso no han sido días de ánimos cambiantes y sorpresas?

El ambiente pesado, niebla flotando en torno a los tobillos, lluvia que cae... Es estético, realmente. De una belleza inusual y salvaje. Rayos y truenos azotan las nubes, el viento se torna en vendavales que arrancan árboles de cuajo, la lluvia todo lo moja e inunda. La tierra tiembla. Nunca antes en Nadalandia las fuerzas de la naturaleza se habían expresado de esta forma, y el espectáculo es digno de verse.

Pero quizá no estés de humor para apreciarlo.

¿Has sentido, acaso, más tristeza de lo habitual? ¿Miedo y desesperación?

No temas. Es sólo el beso maternal de Aquella Que Viene. Su abrazo acogedor, invitándote a que te le unas en el oscuro carnaval que está por desatarse. Y qué mejor manera de hacerlo, si no liberándote de la carcasa que es tu cuerpo y convirtiéndote en alma, energía pura bailando al son del juego de la entropía del universo, moviéndote al compás de la música. ¿No pesan acaso tus miembros? ¿No sería acaso mejor terminar con una vida de miserias y dejarte llevar por la promesa de una eternidad de paz y música, negra como el terciopelo?

Si. La música que suena, siempre cambiante, sonido de órgano y comparsa, que todo lo llena y no disminuye de volúmen sin importar donde te encuentres. Progresando como un fractal de sonidos, enloquecedora, invitándote a dejar el refugio.

Los primeros en llegar son los elefantes verdes. Por todos lados, simplemente allí, del color de la tuberculosis e igual de fantasmales. Heraldos de Aquella Que Viene. Se escuchan risas de salvaje alegría donde quiera que aparecen.

Aparecen luego sombras, sombras de muchachas de extrañas ropas. Ríen y atacan a quien encuentren. Solo desean ayudarte. Sólo quieren librarte de ese envase mortal tuyo tan frágil e indigno, prepararte para la llegada de Ella.

El viento se torna tan potente que los edificios abandonados comienzan a resquebrajarse, quebrarse, elevarse en el aire. Como privados de la gravedad de pronto, todo flota. Árboles, rocas, construcciones. Todo a sobrecogedora altura, moviéndose en patrones erráticos, tan prontos a caer como a chocar entre sí, sin rumbo fijo.

La Mansión parece ser el edificio más resistente de Nadalandia, incólume en su colina. La pregunta es cuánto tiempo aguantará.

El sol tras las nubes se va hundiendo, y la oscuridad se acrecienta a cada momento.

Y entonces, aparece Ella.

Enorme como el mundo, ensombreciendo todo aquello por sobre lo que pasa. La Reina del Carnaval Oscuro. Una figura que es engranajes y la mitad de un reloj de arena, y la silueta de una muchacha de vestido azul cabeza abajo. Poder inconmesurable, destrucción sin límites. Mirarla es caer en la desesperación.


Walpurgis Night.


Es el fin del mundo. Que la noche de carnaval comience.]


((Evento WN, cualquier duda aquí. A Madoka la tiraré hasta el final así que… disfruten o/))

[Hoy es un día como cualquier otro... salvo que desde la Nada misma se escuchan pasos de robots acercándose con fuerza hacia la Mansión. Son fuertes. Son rápidos. Pueden subir escaleras.

No son robots. Son algo mucho peor.

Tal vez estés lavando la ropa o cortándote el pelo o bailando solo en tu habitación. Tal vez todavía estés durmiendo, porque aún no amanece. O tal vez te estés dando una ducha, tratando de evitar el amontonamiento de gente.

El punto es que no importa. Hoy es el último día de tu vida como ser humano, Nadaladiense, porque estás a punto de ser actualizado. No hay adónde correr ni dónde esconderse. Los que no sean compatibles serán destruidos sin dudarlo. Los que sean compatibles... sería preferible estar muerto.]

((¡Invasión Cybermen de Nadalandia!!! Más info aquí.

La Base Autobot va a ser lugar seguro, porque no hay gente compatible ahí. Harry Dresden también es escudo natural.))