Hay muchas formas de explicarlo. Se puede decir que no se escapa del destino, o que alguien superior a él le eligió su rol de antemano, o que la historia ocurre en círculos. Voy a usar la que me gusta más: lo decidió él solito.
Para su desgracia, al despedirse de ella y ver esos ojitos de cachorrito perdido que lamentaban perderlo, se dio cuenta que era su amiga. Y verás, él no podía ni quería acompañarla a la peor batalla que le esperaba a ella, pero tampoco era tan cobarde para dejarla a su suerte. Así pues, la única forma en que alguien pequeño e insignificante podía hacerle frente a las fuerzas oscuras era con su única habilidad: la pintura. Hizo panfletos, explicó a la gente que Amaterasu peleaba por ellos, que debían rezar por ella. Y esa pequeña voz, ese pequeño pincel, llegaron a todos. La diosa ganó por la fe ganada. Al final Issun se hizo su Emisario porque la quería mucho.
Y bueno, es paradójico. Escapando de su destino se lo forjó. Si no hubiese hecho ese viaje él no hubiese tomado esa decisión. Pero el punto de la historia es que, al igual que tú, él huía de su verdadera habilidad. Tengo otra historia, sobre el cobarde espadachín Susanoo, si hablar de la tinta te da asco todavía.