[tsk, si le diesen un yen cada vez que le mandan a callar... se pone a hacer malabares con las bolitas de papel]
No hay nada deshonroso en los procesos que requieran plasmar algo con tinta, si me preguntan. Podría ser fastidioso, incómodo, hasta doloroso, pero hay hasta cualidades divinas en los pinceles y plumas.