[Dentro de la casa, se encuentra la mujer. Viste de negro, y está envuelta y arrebujada en varios chales oscuros, buscando avivar el fuego de su hogar, y esperando que alguien toca la puerta.
Porque puede sentirlo, el canto de la Bestia, en la médula de sus huesos, y sabe que necesita permanecer aquí, y de otros, para que ese letargo que siente no se convierta en... algo más. Y tiene mucho hilo y lana para usar, además.]