No es suficiente. ¡Porque cuando tú regreses, tendrás a Porthos, y a tu hijo, y a tu... reina! [A medida que habla y se altera, empieza a levantarse un fuerte viento de la nada.] ¡Y Fuego... ella tendrá a su príncipe, y si no, seguramente alguien más la querrá! [Porque es Fuego.]
¡¿Y yo?! ¡¿A quién tendré yo en Camelot?! [Sólo enemigos, y muertes, y un futuro incierto y terrible. En estos momentos está descargando todo su enojo y su resentimiento y su terror por... por todo, contigo. Sabe que no es justo. No le importa.]
¡¡A nadie!! [El árbol a su lado cruje peligrosamente a causa del viento.] ¡¡No tengo a nadie!!