[En sus sueños, está en su casa. La casa de su padre. Y está, lentamente, moviendola conciencia de su padre, adaptándola a lo que ella quiere. Ella convence a su padre de que lo que está en la jaula no es un terrible monstruo, sino un bebé-- su bebé. Ella. Ella de bebé, su pequeña hija-monstruo, llorando.
Y ese es su terrible, terrible monstruo de padre que le regaló su violín y le enseñó a bailar y nunca, nunca la hizo sentirse como si no debiera existir, su terrible, horrible, amado padre arrodillándose y abriendo la jaula, diciéndole a quien cree que es su bebé que todo está bien, todo está bien, papá está aquí...
Y ese es el monstruo-leopardo lanzándose contra su padre]