[La voz habla terrible desde la oscuridad, apenas un gélido susurro. Tienes un traidor aquí, y todo traidor, por ley, es mi presa. Su sangre es mía.. Un silencio. Terrible, fría y seductora, la voz lo envuelve todo. Tú eres mío, Edmund.]
[Y sabe que no es cierto, pero no puede decirlo, no puede gritarlo. O tal vez sí lo hace, en la realidad y aún dormido, dando vueltas en la cama e incapaz de despertar.]