[Ya quisieras.] Pero imagina lo que resultaría de tan desastrosa decisión. Voy entrando más a la adolescencia con una creciente e inminente necesidad de probar el fruto perdido. Hasta que llega ese día, el día que soy un adulto a los ojos de una sociedad estúpida de reglas imbéciles. Y pierdo el control de mis acciones porque por fin me dieron eso que tanto me negaban. Lo cual, obviamente, solo conlleva a que haga peores decisiones dentro de mi estado de ebriedad descontrolado. Pero no te asustes, Sam Winchester, la solución está a tu alcance. Si tan solo, gradualmente, me van dejando probar el fruto prohibido, en un ambiente donde ustedes pueden vigilar que nada salga peor de lo que podría cuando por fin cumpla la "mayoría de edad".