[En un rincón del jardín, hay un espejo. Y rosas adornarían si marco, si se dignaran a crecer. El aire a su alrededor se siente frío, y si se acercan, verán que no es su reflejo lo que los saludará en su superficie.
Nada los saludará en la superficie, salvo la escarcha que ahí se acumula. Aunque, quizá, si miran bien...]