[Vuelve a asentir, pero no puede evitar sonreír un poquito ante eso.] Oh, eso he oído. Tengo la impresión, viejo amigo, que esta vez puede que tus conocimientos nos resulten más útiles que los míos en este espectro. Debo admitir que carezco de la información básica que normalmente se requeriría para reconocer a la mitad de la población nadaladiense. Aunque he intentado trabajar en ello.
Así es. He averiguado que se encuentran en una especie de tregua, por lo que no es necesario que nos preocupemos por ellos. Por ahora.