[Iba a responder algo, pero guarda silencio, y lo piensa mejor. No está seguro, pero tu tono lo puso algo intranquilo. Ríe un poco, para disimularlo.] No creo que fuera necesario arrojarse, madam. Bastaría con ser la misma gentil amiga que ha sido hasta ahora, y no habría mayores razones para que yo no la frecuentara por mi propia cuenta.