[Érase una vez una persona cool que decidió que hoy era un buen día para distraerse con animales aparte del suyo. Así que apagó su laptop, se levantó y se fue al zoo; ignoró a su animal y se mentalizó para una relajada tarde sin papeleo. Pero entonces, ¡por esas casualidades de la vida!, miró el reverso de su entrada. Y se preocupó. Un poco.]