[De su boca escapa un quejido frustrado, pero obedece y sus ojos buscan los tuyos cuando comienza a lamerte de arriba a abajo, su lengua enroscándose en la punta para recoger el líquido que de allí mana. Tu sabor le hace perder la cabeza, y sin embargo se contiene para cumplir la orden tal cual la diste. Se deja llevar más y más arriba por lo que está haciendo, al punto en que siente que podría venirse sólo de hacer esto.]