Fujur Preux (fujurpreux) wrote in mansion_fan, @ 2011-08-14 01:33:00 |
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El teatro mental de Tamaki Suou presenta...
Autor: fujurpreux
Personajes/Pareja: Tamaki/Kyouya
Prompt: ---
Advertencia: Crack. PG o PG-13.
Notas: El día de la vampirización masiva en Nadalandia, a Tamaki lo convirtieron en White Court (de The Dresden Files). Esto es algo con sus desvaríos al respecto. Incluye menciones de Thomas Raith, Jack Harkness, Yuuri Shibuya, Wolfram von Bielefelt y el Shinou. Oh, el Shinou.
~1000 palabras.
Esto iba a ser un drabble. :'| Tamaki, cállate.
Por el lado bueno, ahora que se había convertido en vampiro, Tamaki se veía básicamente igual a como era antes. Sus hijos no se asustaban al verlo. Incluso lo trataban igual. Para él eso contaba mucho. Tampoco tenía que beber sangre ni de las bolsas del banco de sangre de la enfermería ni, y estaba muy agradecido por eso, tenía que morder a nadie para alimentarse.
Por el lado malo... no, no malo. El lado horrible. Horripilante. Terrible. El peor de todos los lados. Por ese, no podía tocar a Kyouya. O bueno, podía, pero no sin que doliese.
Cierto que Tamaki estaba dispuesto a hacer todo tipo de sacrificios por amor, pero se daba cuenta de lo mucho que lastimaba a Kyouya la idea de lastimarlo a él. Debido a eso, y porque como esto era Nadalandia y este tipo de cambios era temporal, no le quedaba más remedio que soportar hasta que volviera a la normalidad. Y soportaría. Podía hacerlo. Sólo tenía que ser valiente. Muy valiente.
(Que se aferrara a Kuma-chan con más fuerza que nunca por las noches, al punto que el osito se quejaba e incluso empujaba la cara de Tamaki con su patita, era mera coincidencia.)
Había algo en esta situación, sin embargo, a lo que Tamaki se aferraba con todas sus fuerzas. Se había dado cuenta de ello después de haber repetido mil veces lo que Thomas le había explicado sobre los vampiros Corte Blanca de su familia. Ahora sí no cabía duda alguna de que su relación con Kyouya era de verdad pura y sincera. A Tamaki nunca le había pasado la sombra de la sospecha por la cabeza, pero era lindo tener la confirmación.
Sin embargo...
Sin embargo, también estaba el que Tamaki hubiera tenido que reducir su radio de acción y su nivel de actividad. Lo primero para no afectar a nadie con su nuevo encanto y lo segundo para no gastar demasiada energia y no le diera Hambre antes de volver a la normalidad.
-¿Qué haríamos si eso pasa?-había dicho Kyouya.
Esa era una pregunta para la que Tamaki no tenía respuesta. No iba a ir allá afuera a tocar a nadie por ningún motivo, menos para esto. Y en definitiva no estaba dispuesto a alimentarse de la energía de Kyouya, aunque hubiera podido hacerlo.
Se puso a darse vueltas y vueltas al asunto hasta que el fondo de su cerebro empujó una cierta información relevante hacia adelante, hacia su consciente. Algo que había bloqueado de la explicación de Thomas: la marca dejada por el amor podía lavarse si la persona tenía un encuentro con otra persona. Sí, ese tipo de encuentro.
Eso quería decir que Kyouya tendría que... encontrarse con alguien mas si quería alimentarse.
Tamaki se llevó las manos a la cara, espantado. ¡¿Cómo era posible que... Kyouya...?!
¡No! ¡Definitivamente no!
Tamaki tenía la absoluta certeza de que Kyouya también estaba del todo dispuesto a realizar sacrificios por amor. Incluso algo tan grande como esto para garantizar el bienestar de Tamaki.
Se dejó caer en un rincón y se abrazó las piernas, sintiendo una pena infinita.
Pero... pero ¿con quién?
Una lista de posibles candidatos le pasó a Tamaki por la mente.
Thomas no podría ser porque él tampoco podía tocar a Kyouya.
Jack Harkness ya tenía una relación seria con Ianto.
Estaba seguro de que ni Wolfram ni Yuuri se prestarían para algo así, ni siquiera si lo consultaban el uno con el otro.
En cuanto a los otros mazoku...
Tamaki abrió desorbitadamente los ojos cuando lo golpeó el recuerdo de cierta persona que coqueteaba con Kyouya con descaro.
-¡SHINOU!-exclamó Tamaki señalando a un punto indeterminado en el aire justo cuando Kyouya volvía a casa del restaurante.
-¿Eh?-murmuró Kyouya mientras miraba alrededor, como buscando.
Tamaki de inmediato fue a colgarse de su cintura.
-¡Mamáaaaaaaaaaaaaaa! ¡Sé que me quieres mucho, pero no tienes que ir a encontrarte con el Shinou!
-¿De qué hablas, Tamaki?
-¡No te pediría semejante prueba de amor!
-Tamaki...
Tamaki levantó la vista para ver el tic en la ceja de su amado. Se soltó de inmediato y se quedó a una distancia prudente, jugando con sus dedos.
-Ahora explícame -continuó Kyouya mientras se ajustaba los lentes- qué tiene que ver el Shinou con una prueba de amor de mí para ti.
-Es que yo... pensé... que tú... para que yo pueda... en el caso de que... y entonces... el Shinou te coquetea y él es soltero y...
Lo siguiente que supo Tamaki era que el puño enguantado de Kyouya se estrellaba contra su cabeza.
-¡K-Kyouyaaaaaaaaaaaa!
-Tamaki, me ofende que puedas pensar que haría algo así.
Tamaki hizo un puchero.
-¿Ni por mí?
El tic en la ceja de Kyouya volvió. Increíble cómo él si daba tanto miedo sin necesidad de transformarse en un ser sobrenatural. ¿Qué sería del mundo si eso sucediera? Quizá Kyouya sería capaz de vencer al propio Alucard en una pelea mano a mano y...
-Tamaki, ¿me estás escuchando?
-... ¿sí?
Kyouya soltó un suspiro exasperado.
-Hablaré con Thomas. Si llegas a sentir el Hambre del vampiro, le pediré que te deje trabajar en la estética unos días.
Tamaki quedó genuinamente confundido con eso.
-¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
-Ya llegarás a verlo si se presenta el caso. Por ahora, lo mejor será que sigas ahorrando tus energías -Kyouya sacó un paquete de su maletón-. Mira, te compré un par de musicales que no habías visto.
Tamaki se apresuró a tomar el paquete y apretarlo contra su pecho, sintiendo que podría llorar de emoción.
-¿Podemos verlas ahora?
-Tengo que preparar la cena. Podemos hacerlo después.
Tamaki sonrió con todo lo que tenía.
-¿Puedo ayudar?
Kyouya asintió y ambos se dirigieron a la cocina.
-¿Kyouya?-dijo Tamaki mientras se ponía el mandil-. Muchas gracias. Por cuidarme como lo haces.
Kyouya suspiró con suavidad. Tamaki lo identificó como un suspiro de contento.
-Por nada -dijo-. No vayas a quemar la sopa.
-¡No lo haré!-exclamó Tamaki, la cuchara en alto antes de abrir el paquete con la pasta.