Fujur Preux (fujurpreux) wrote in mansion_fan, @ 2011-03-21 20:05:00 |
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Entry tags: | *fic, autor: fujurpreux, personaje: harry dresden, personaje: pato, personaje: remy |
Por una alimentación más sana :p
Autor: fujurpreux
Personajes Pato, Harry Dresden, Remy
Advertencia: Nada.
Y sucedió un día que Remy la rata se acercó a hablar con Harry Dresden por mediación de Pato.
-Quiere saber si algún día planea probar algo del menú además de hamburguesas, señor Dresden.
La pregunta fue de lo más repentina. Harry se habría reído de no ser porque Remy lo ~juzgaba~ desde la cabeza de Pato. Prefirió responder con sinceridad.
-Sus hamburguesas son las mejores que he probado.
-Dice que con la mezcla de hierbas que usa no puede ser para menos -continuó Pato después que Remy hubo chillado algo en ratanés-, pero también sería bueno para su salud tener variedad en su dieta.
La manera en que Mouse, detrás de ellos, comenzó a mover la cabeza para manifestar que estaba de acuerdo, cortó la respuesta de Harry de que él estaba bien así. Parte de su cerebro se quedó reflexionando sobre lo curioso que era que un perro, un pato y una rata se preocuparan por lo que comía. La única conclusión a la que pudo llegar fue: su vida era absurda y tenía que aceptarlo.
-El menú ofrece una amplia variedad de opciones -siguió Remy a través de Pato-. No tiene por qué limitarse, señor Dresden.
Además de que Harry sospechaba que ella suavizaba mucho los mensajes, le pareció que comenzaba a entender la razón detrás de esta petición de Remy.
-Y así él tampoco tendría que limitarse, ¿cierto?
La manera en que las orejas de Remy cayeron hacia atrás confirmaron la teoría de Harry, que el gran chef francés consideraba por debajo de su dignidad preparar hamburguesas con tanta frecuencia. Por su parte, Pato ladeó un poco la cabeza como interrogando, y Mouse rió canina y discretamente.
Remy chilló algo más en dirección a Harry mientras manoteaba y pataleaba. Harry, por su parte, tuvo que cubrir su boca con una mano para que no se le notara la sonrisa. Pato trató de calmarlo sin mucho éxito. Pobre chica; tener que ser mediadora en este tipo de cosas.
Harry se adelantó. Prefería arriesgarse a que Remy lo mordiera o le pusiera pelos de rata en su comida por el resto de la semana a dejar que siguiera gritándole así a Pato por su culpa. Pero antes de que Harry abriera la boca, Pato ya había hecho trabajar su magia de hada (¿de qué otra forma ponerlo?) y Remy, aun sobre su cabeza, se había cruzado de brazos y le daba la espalda al mago.
-Escucha, Remy, la verdad es que sí podría pedir otro platillo, pero en cuanto me siento a la mesa, lo único que me viene a la mente son las hamburguesas. Son lo más grasoso del menú.
No hubo respuesta, aunque a Harry le pareció que por un segundo Remy se encogió un poco.
-Además, al cliente se le tiene que dar lo que pide. Creo que incluso nuestro jefe del mal estaría de acuerdo con eso.
-Kyouya es un administrativo que sabe poco de arte -tradujo Pato.
Te vas a arrepentir si le llegas a decir eso a la cara, pensó Harry pero por una vez prefirió quedarse callado. Tampoco estaba dispuesto a renunciar al único alimento tapa-arterias que tenía disponible. Que tampoco era tanto; Remy se encargaba de ello. Podría prepararlo él mismo en casa, pero ni de broma le saldrían tan buenas. A juzgar por el carácter de Remy, las opciones que tenía Harry era diversificarse o arriesgarse a la venganza del chef, quien con toda seguridad sería de lo más creativo.
Harry se mesó la barbilla y sugirió lo que esperaba fuera una solución conciliatoria.
-Podría ser que un día a la semana me recomiendes algo.
Remy entrecerró los ojos.
-Dos días a la semana.
-Tres -tradujo Pato-. Y no tendrá derecho a quejarse, señor Dresden.
-Dos sin derecho a queja o tres y puedo quejarme.
Remy gruñó un poco.
-Es un trato -dijo Pato.
Harry acercó un dedo a la rata, quien lo tomó y lo estrechó con toda la solemnidad posible. Pato pareció terminar de tranquilizarse y una mirada de reojo le confirmó a Harry lo mucho que Mouse se estaba divirtiendo con todo esto.
Así que a partir de entonces estaba destinado a alimentarse con alta cocina. Difícilmente alguien podría tener una vida tan absurda. Y tan sana.