FLUFF SPARKLOSO WIII Autor:laurus_nobilis Personajes: Umehito/Trucy, Howl y Sophie en espíritu Resumen: Sha me pidió "Umehito y Trucy de grandes en algún lugar del universo". Yo digo que POR QUÉ ELEGIR UN SÓLO LUGAR. Notas: Culpa de esto.
Técnicamente, la mansión estaba en Ingary. Era la mejor opción: tanto Umehito como Trucy tenían familia en casa, y no hubiera sido justo elegir a una por sobre la otra. Que éste fuera el único de los tres mundos con magia de verdad era, según ellos, tan sólo un pequeño detalle que no había influenciado la decisión para nada.
De todas formas, el asunto no resultó tan complicado como habían creído. La mayoría de sus parientes y amigos había pasado por Nadalandia en algún momento, así que no hubo necesidad de demasiadas explicaciones. Y, a diferencia de otras épocas, ahora podían viajar de un lado a otro tan sólo con un giro del picaporte en la puerta de atrás.
(Howl insistía en que nada más les había hecho el favor porque Umehito era asquerosamente rico. Nadie le creía, por supuesto, pero no tenía sentido discutir.)
Así que tenían todo bajo control. Los chicos tenían clase en Ouran, visitaban al abuelo Nick por la tarde, iban y venían por donde quisieran. De vez en cuando se les escapaba decir algo raro delante de otras personas, sí, pero eso no era un problema. Nadie se sorprendía de que fueran "imaginativos", con semejantes padres. Otro aporte, aunque un tanto indirecto, de Howl: eso de formarse una reputación funcionaba a las mil maravillas.
Hasta en Ingary resultaban bastante... llamativos. Al final resultó que, magia o no magia, la mayoría de la gente se parecía mucho más a Sophie que a Howl.
Eso les encantaba. Nada mejor que pasearse por Kingsbury envueltos en sus capas, riéndose solos y atrayendo las miradas curiosas de todo el mundo. (Ya están grandes para portarse como adolescentes, decía Sophie, y qué ejemplo es ése para sus hijos, pero ella estaba casada con Howl así que no tenía demasiada altura moral para criticar.)
Después de todo, había terminado siendo una solución bastante sencilla. Un poco anticlimática, tal vez, al menos en la mente de Umehito.
Pero cuando miraba lo que tenía ahora debía admitir que, definitivamente, el drama estaba sobrevalorado.