Caminas, reconociendo por un momento el entorno que te rodea, sintiendo la familiaridad del mismo, los alrededores del mundo al que pertences. Entonces, en un solo segundo... todo cambia, el siguiente paso que das te sumerge en un torbellino de brillantes colores azules que simplemente se materializa enfrente tuyo y parece atraerte a su interior, una parte de tu cerebro hace la asociación, y el resultado que arroja es que, esa espiral de colores retorcidos, se asemeja a una especie de portal. Das otro paso, sigues avanzando, porque no hay vuelta atrás, de algún modo lo sabes. De pronto sientes el peso extra de objetos que hace un momento no llevabas y que no reconoces como tuyos, dedicas solo unos segundos de tu tiempo para observar los goggles que ahora cuelgan de tu cuello, la brújula atada en tu mano, el diario bajo tu brazo... sintiéndolos extraños pero a la vez, de algún modo, necesarios. Mas adelante el túnel de colores parece llegar a su fin, un paso más y finalmente lo dejas atrás, consiguiendo salir, sin embargo, la imagen que encuentras no te parece conocida, ni siquiera te resulta familiar, no es ningún lugar en el que hayas estado con anterioridad, no tardas en comprobarlo, sorprendido.
La realidad es... que nadie te prepara para la imagen que se abre ante a tí.
Primero notas el inmenso tamaño de lo que piensas se trata de una nave antigua, sin embargo no parece abandonada. Tus ojos observan más allá, topándose con lo que piensas que es un barranco, pero pronto te das cuenta que no lo es, solo se trata del termino de ese lugar, de esa isla donde estás parado. Una isla que parece estar flotando en el cielo.
El mar se encuentra allí, lo compruebas, pero varios kilómetros por debajo de la isla, de manera que no la llega a tocar.
¿Tan pequeño es ese sitio?
Podrías pensar eso por un momento, pero encuentras que es un pensamiento erróneo cuando, mas allá, otras islas se abren paso. "¿Cuántas son?" te preguntas cuando no consigues contarlas. Entrecierras los ojos, intentando ver un poco más, es entonces cuando notas animales entre los árboles, los rayos del sol causando destellos al reflejarse en sus partes metálicas y en los engranajes incrustrados en ellos, en un diseño similar al que los robots que pasean cerca tuyo poseen.
Cuando crees que tal vez estás soñando o que aquello no puede ser más que un producto de tu imaginación, sientes que hay algo en tu mano. Al mirar, te encuentras con un sobre que tiene tu nombre. Lo abres y ves una carta que, al leerla, no hace más que confundirte o, tal vez, aclara todas tus dudas. En ella está escrito que has sido llamado a este lugar para cumplir con un trabajo: explorar. Explorar los infinitos reinos que conforman esta dimensión. Y debes hacerlo si deseas regresar a tu propio mundo.
Así que ahora tienes una misión, una misión que alguien o algo te ha impuesto. ¿Qué es lo que harás? ¿Renegarás y buscarás una forma de escapar o ¿te atreverás a explorar esta dimensión infinita y así encontrar el camino a casa?